Bufón añade tres clausulas a las premisas que yo había leídoen Feliz Nuevo Día, a saber:
1. La primera es plantearse si es necesario.
2. La segunda, si lo que harás cuando cambies es mejor que lo que hiciste.
3. No reprimir la esencia de lo que eres. Eso es fingir.
Tenemos miedo al cambio, porque tenemos miedo a perder lo que somos, nuestra esencia. Tenemos miedo a no reconocernos ante el espejo. Miedo a no reconocer la persona que un día fuimos en la persona que somos ahora. Miedo a que no nos reconozcan los que nos quieren. Ni los que nos odian.
Las personas cambian, irremediablemente. A menudo para mal, algunas para bien. Pero demasiadas veces, sin ser conscientes de ello. Nos iría mucho mejor si, en lugar de ir cambiando accidentalmente, tomáramos consciencia de ello y nos dedicáramos a cambiar aquello que no hacemos bien, aquello que molesta a los que conviven con nosotros, aquello que nos hace ser peores personas, aquello que no nos gusta sobre nosotros mismos, aquello que nos hace ser menos felices de lo que podríamos ser.
Decide tus propios cambios, tus propias evoluciones, pero no permitas que el miedo no te deje avanzar.