Hace 3 años
escribía en este mismo blog que a mí, la Diada me dejaba indiferente. Que me emocionaban las canciones que hablaban de mi tierra, pero que la fecha en si, me parecía triste y gris. El post no gustó y escribí
Un Post Polémico, tratando de explicar qué es la Diada para nosotros, los catalanes. O qué era hasta ahora.
Finales de 2009 fue un año duro para la
Dignidad de Catalunya. Con la sentencia del Tribunal Constitucional, se hacía plausible una vez más que España no nos endendía. O no quería entendernos. También fue un año duro para la
ciencia. Estábamos sufriendo los que creíamos que eran los peores recortes que veríamos, pero pronto descubrimos que se quedaban cortos.
Hoy, quiero explicaros a todos, por qué la Diada ha adquirido para mi, y para miles (millones!) de catalanes, otro sentido. Por qué me manifiesto. No es un sentimiento nuevo. Hace dos años ya
salimos a la calle más de un millón. Y este año seremos más.
Yo voy, y esto es obvio, porque quiero una Catalunya independiente. Porque ya no aguanto más, porque estoy cansada de pertenecer a un sitio dónde creo que no se me quiere. Porque en plena crisis, el
Expolio Fiscal es insoportable. Porque tenemos que pedir prestado el dinero que se nos debe y los mercados (oh, los mercados! Esos entes...) no se fían de nosotros. Porque encima se ríen , cuando en verdad, nos están dando la razón:
España no nos sale a cuenta. Y lo dice un economista casi nada conocido. Catalán, eso sí. Porque Mariano no entiende nada, y
no quiere entender y siguen apretando.
Por mi abuelo, que pese a descender de un capitán Carlista de los que vinieron hace 300 años, y ser católico, se fue con 17 años con los rojos, a defender la tierra que quería y la república en la que creía. Por los siete años de juventud que le robaron. Y por mi abuela, que pese a estar casada con uno, creyó toda su vida que los rojos eran demonios con cola; porque pese a ser franquista y hablar un castellano infame en los círculos finos, hablaba en catalán a sus hijos.
Por mi otra abuela, que nació en post-guerra y nunca conoció otra cosa que el franquismo hasta que al Caudillo le dio por morirse. Que siempre ha sentido Catalunya como su tierra, pese a que nunca la ha conocido libre. Por mi abuelo, gallego y pepero confeso, que está tan cansado de los recortes, y de lo mal que lo están haciendo que nos felicita cuando vamos de manifestación. Quiero creer que incluso de ésta. Por mi tía abuela, que
recuerda cánticos que nunca deberíamos haber olvidado.
Por mis tíos, que pese a sus diferencias de edades, y sus ideologías políticas dispares, creen que esto es lo mejor para nosotros. Por mis primos y tíos jovenes, que llevaran a sus hijos a vivir un día histórico.
Por mis padres, que corrieron delante de los grises muchas veces, para conseguir una democracia que no les ha dado todo lo que debería. Ellos corrían y encontraban casquillos de bala. Nosotros encontramos gilipollas y oportunistas.
Por mi hermana, que pese a creer que la política no va con ella, y no haber pisado una mani desde que cumplió la mayoría de edad, pese a creer que todas acaban a hostias, se ha convencido y viene conmigo.
Por todos los políticos que quieren apropiarse de ésto, cuando son parte del problema. Y por todos los que la ningunean.
Por mis amigos castellanoparlantes anti-manifestaciones, que me han llamado para venir conmigo a esta. Por todos los que no vienen porque creen que estamos equivocados en las conclusiones, pese a estar de acuerdo en los argumentos.
Por España, porque la quiero, la respeto, y creo que hemos hecho todo lo que podíamos para encajar, pero no lo hemos conseguido. Es una relación rota. No creo ya que el federalismo o un pacto fiscal sean posibles. Dejémonos en paz, y sigamos cada uno nuestro camino, como iguales.
Por mi, mi pareja y mis amigos, porque todos nos planteamos seguir a nuestros amigos emigrados. Porque yo, quiero emigrar, dejar este país que nos niega un futuro digno, pero con mi tierra a cuestas.