miércoles, 20 de enero de 2010

Huir

Sólo faltaba bajar un piso y llegaría al primero, a casa. Había bajado corriendo desde la azotea. Apenas podía respirar. Ya no recordaba ni por qué corría, pero sabía que detenerme no era una opción. Llegué a mi planta. Las cuatro puertas del rellano estaban abiertas, incluida la de mi casa. Mierda. Me alcanzará. 

Los tres vecinos con quien compartía planta eran íntimos amigos míos. Y ya que se habían puesto a limpiar, estaban limpiando también mi casa. Todas las ventanas abiertas. Primer piso, podrían entrar por cualquier lado, no podría refugiarme.  Entré corriendo en casa, uno de ellos estaba dentro, le grité que me ayudase a cerrar todas las ventanas y que saliera echando leches. Esto no es seguro.

Solamente faltaba una habitación. Entré corriendo, pensé que al fin podría sentirme a salvo. Me la encontré sentada detrás del escritorio, esperándome. Oí un portazo, mi amigo me había hecho caso y había salido. Estábamos solas. Esto no va a acabar bien. Sentí miedo, pero traté de disimularlo.

- ¿Qué más piensas hacerme? ¿No crees que he tenido suficiente con lo que ha pasado allí arriba?
- Ni te imaginas lo que te espera.
- No entiendo nada. ¿Quien eres? ¿Por qué te me puteas de esta forma?
- ¿Acaso no lo sabes? ¿No me recuerdas, Laia? ¿No sabes quien soy? Te mereces todo esto y mucho más.

De repente grité su nombre. No el suyo, no el nombre por el que nos habían presentado, si no el de quien había sido antes. De repente, la chica que tenía sentada enfrente ya no era Ana, era Lara. La única persona que me había odiado. La única que había disfrutado haciéndome daño. Temblé.

Me desperté sudando. Traté de volver a dormirme. Si algo soporto menos que las pesadillas, es despertarme demasiado pronto y no entender el final de la historia. Pero no lo conseguí.

8 comentarios:

  1. Pues búscalo despierta.
    Estoy segurísima de que los sueños/pesadillas son las cosas que nos llevamos del día a la noche. Lo que tenemos dentro, aunque no nos demos cuenta.
    ¡¡¡Tú puedes con Laraaaaaaaa!!!

    ResponderEliminar
  2. glupssss, jo conec un parell de Laras...sera questio d'anar en compte...mai se sap qui et trobes en el seguent somni!

    PD: no em xuten els accents al teclat, no et pensis que m'he oblidat de saber escriure

    PD1: m'encanten aquest tipus de relats!

    ResponderEliminar
  3. Lara es el nombre ficticio de una persona que salió de mi vida hace muchísimo tiempo, y que espero que no tenga intención de volver a entrar. Curiosamente, hasta ese sueño no me había dado cuenta de que fisicamente sí que se parece a Ana, aunque este también sea un nombre ficticio.

    ¿Y como quieres que lo busque, Kashit0? Como mucho podría inventarlo....

    PD: M'agraden els postdates, senyor vermell. I m'agrada que t'agradin els textos!

    ResponderEliminar
  4. Creo que desconciertan mucho las personas que disfrutan haciendonos daño, el no saber dañar a alguien y disfrutar, nos hace imposible entenderlas y asustan.

    (Yo también tengo una enemiga, a la que me gustaría que todo le fuera perfecto para que no se acuerde de mi)

    Saludines,
    YoMisma

    ResponderEliminar
  5. Esta vez ya me he imaginado que era una pesadilla y no me he acojonado tanto...

    ResponderEliminar
  6. Pues si, eso de no saber al final quién es quién me saca demis casillas

    Besicos

    ResponderEliminar
  7. Pero todos los sueños tienen su significado?! o eso, o es que disfrutan haciéndonos sufrir tanto como en la realidad. Yo también he tenido de esas y nada, ni caso, significan una mala noche y ya está!!

    Chaoo!!

    ResponderEliminar
  8. Es una suerte que recuerdes tan bien tus sueños/pesadillas. Yo no tengo esa suerte.

    Diría que tu sueño es más liberador que angustioso, pero no sabría decirte muy bien por qué.

    Al fin y al cabo, los sueños sueños son.

    ResponderEliminar