- Creo que te lo debo.
- Sinceramente... hace mucho tiempo que no creo que nos debamos nada.
- Bueno...si las deudas se perdonan... ¡me haces feliz! Le debo tantas cosas a tanta gente...¡sobre todo cenas!
- Las mías puedes ahorrártelas. Enhorabuena.
Y tan contento.
ResponderEliminarSomos de planetas distintos, está claro...
¡Qué fácil es ser generoso! A veces...
ResponderEliminarChaoo!!
¿Cómo sabes quién es él, Ka? ¿Tan bien me conoces? :P
ResponderEliminarBuen punto de vista M., aunque...de fácil no tiene nada! Llegar a ese punto es duro, muy muy duro.
Hay deudas q no se perdonan simplemente dejó d importar y el q quiera entender q entienda o mejor diho el q es un capullo es un capullo.
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