Esta mañana me ha cundido un montón (o al menos es la sensación que me ha dado). Sabes que hoy será un buen dia porque te dedicas a reescribir y reescribir (y reducir) cosas que tenías escritas, y en lugar de ponerte de mala hostia, vas asintiendo con la cabeza cada vez que le das al enter. Relees y sonríes y tienes la sensación de que cada vez queda mejor, aunque sea excesivamente corto. Mejor claro y conciso. Paja, la justa, dicen.
He tenido un ataque de hambre demasiado pronto, y justo me ha aparecido una ventanita de messenger invitandome a un japo. Genial. El método 3 combinado con el método 9 siempre me sientan bien.
He decidido venirme a casa después, porque esta noche ha vuelto a ser movidita, y estaba agotada. No tengo muy claro por qué alineación de planetas, nadie comía en casa hoy, así que me he pegado una señora siesta con el mega-sofá para mi sola, viendo Se Lo Que Hicisteis entre parpadeos, una llamada y un mensaje de alguien que me estaba echando de menos.
He abierto el pc, y resulta que me han dedicado esta canción. No es novedad para nadie que me haya leido, o convivido conmigo estos dias, que estoy un poco al límite, por mi culpa, lo sé, pero a veces sucede todo de golpe y no se asimila bien. Esta mañana, he recordado que, a veces, lo mejor para que un día no sea gris, es quererlo. Ahora tengo intención de irme por las fiestas de mi barrio, de ver un correfoc y a un par de mis pequeñas fieras, que se me hacen mayores sin darme cuenta... Lástima que los buenos días también duren 24 horas, eh?
¿Te cuento un secreto?: En realidad, los buenos días duran casi casi todo lo que tu quieras, prueba, pero shhhh
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