martes, 20 de octubre de 2009

Cuestión de percepciones

Hoy es el cumple de la Reina Mora. No voy a escribir un post sobre ella (respira, respira), pero es impotante que lo sepais porqué esta mañana, tenía que desayunar con ella a las 11. Ultimamente tengo la costumbre de no ponerme despertador. Y esto no es del todo cierto, porqué me lo pongo a las 9, por si acaso, pero queda mejor decir que no vivo esclavizada por él. Me he despertado poco antes de las 8, como suelo hacer últimamente. He desayunado, he revisado el mail, he recogido la habitación, me he duchado, me he vestido, he bajado a la calle, he conseguido arrancar el tanquecito y me he ido a buscar a Rous, que tenía clase a las 10.

He estado hablando con mi jefe de cómo llevo el trabajillo que estoy haciendo en casa, y de como enfocar la clase que tengo que dar mañana, y... se ha hecho la hora del desayuno. El departamento al completo está de acuerdo en que deberíamos hacerlo más a menudo, pero creo que al final no han puesto fecha. ¡Ju! Me he ido a pasear por los laboratorios nuevos, que no queda bien dar clase en un sitio que no conoces, y me he vuelto al despacho. He bajado con las niñas a fumar, me he sentado en el banco y me he dado cuenta de que tenía los tejanos rotos a medio muslo, por detrás, algo debajo del culo. Me he puesto toooda roja. Pensaba que se me había enganchado con el banco, pero ReinaMora me ha dicho que los llevaba toda la mañana así, que ella se pensaba que iba cool.

He estado dándole vueltas y he encontrado la explicación: Hoy no me iba a arreglar, porqué tuve que hacerlo ayer, y tendré que hacerlo mañana. Exigencias del guión laboral. Hice el cambio de ropa de invierno no hace mucho, y no tengo aún muy controlados los tejanos "gordos" que tenía. Olvido la ropa que tengo de un año a otro. Total que he cogido una camiseta y los tejanos azules. Estos los tenía guardados para cortar, o para ponerme para ir a buscar bolets, o para los correfocs, o para cosas así.

Lo curioso del caso es que en todo el día, nadie me ha dicho nada de mi pantalón roto a medio muslo. Si hubiera sido una mancha, alguien habría venido a decirme que tenía el culo sucio, o cualquier cosa. Pero no, era un roto, y los únicos comentarios que me he ganado han sido del rollo de "que moderna", "que guay", y cosas similares. Así, que a final de día, he perdido mi vergüenza auto-generada.

La timidez tiene un extraño componente de narcicismo: la creencia de que a los demás realmente les importa nuestra forma de vestir o nuestra forma de actuar.
Andre Dubus

3 comentarios:

  1. Es curioso cómo tenemos que cambiar nuestros ropajes por el curro, verdad?

    Besicos

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  2. Yo también me disfrazo para ir al curro, de persona formal.

    Los pantalones que tengo rotos los uso para lo mismo que tú.

    Pero es triste, porque al final con tanto curro y un sueldecin, llega un punto que no da para comprar la ropa que nos gusta.

    Saludines,
    YoMisma

    P.D: La frase final, muy reveladora :)

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  3. Hola niña, te he dejado un regalillo en mi blog ;)

    Felicidades. Un besazo!!

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