martes, 16 de marzo de 2010

Escribo en plural

La vida es algo muy inestable, a menudo es como una torre que se aguanta sólo por un listón. Los movimientos aparentemente más simples pueden hacer que se derrumbe, y movimientos aparentemente imposibles de realizar no repercuten en absoluto. Cuando la torre cae, puedes construir una nueva y volver a subir hacia el infinito. Pero no es la misma torre.


Hay semanas que son una mierda. Las mires por donde las mires y las cojas por donde las cojas. Y no valen las palabras amables ni las buenas intenciones, porque no es que lo parezcan, es que lo son. La pasada lo fue. La gran nevada de Barcelona nos pilló en un hospital y con una noticia horrenda. En algún momento de las seis horas que soportamos el encierro nos reímos, en la mayoría conseguimos no llorar.


Este fin de semana ha sido fantástico. Huimos todos a la casa con  más metros cuadrados que he visto en mi vida. Al llegar, descargar los innumerables coches, hacer la inspección y salir con mis chirucas a pisar la hierba que asomaba entre la nieve, Ele exclamó un ¡que cara de felicidad! Sí, hemos sido felices. Al menos, a ratos. 


Hemos llorado, quizá un poco más de lo que algunos consideran necesario, menos de lo que algunos necesitaban. Hemos sido todo lo niños que hemos podido. Hemos hecho guerras de nieve, preparado diez pruebas, dos roscos, cincuenta-y-dos letras, ciento-veinticinco calçots y un cofre del tesoro. Hemos reído hasta tener agujetas también en la tripa. Y creo que no nos habíamos abrazado ni besado tanto en todos los años que hace que nos conocemos.


Eramos 15 encerrados en una casa rural, empezando a levantar la torre nueva. Y esta mañana los echaba de menos a todos.

4 comentarios:

  1. Pues ánimo, que una vez levantada una torre se pueden levantar mil.

    ResponderEliminar
  2. joe, que bien suena ese finde, el mio fue mas bien normalito! xD

    un beso.

    ResponderEliminar
  3. :)

    Los peores momentos ayudan a valorar muchísimo más los buenos. Lo importante es que en esta nueva torre no se olvide... que si pasan los malos tiempos, los buenos sigan siendo FANTÁSTICOS :)

    La nueva torre no será lo mismo... pero puede ser buen :) o genial :)

    Y "demasiado" no existe en algunas cosas: cada uno llora lo que necesita, ni demasiado, ni poco, pero lo importante es sabe y practicar que "durante" también se puede reir :)

    Un beso súper fuerte, para todos, ¡¡repetir esas convivencias prontooooo!! y secuestrarme con vosotrosssss!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Me has dejado muy buena sensación de alegría, siento lo del hospital y espero que esta nueva torre sea muy fuerte.

    Ánimos,
    YoMisma

    ResponderEliminar